Eric Kandel es un Psiquiatra que durante toda su carrera se ha dedicado a la investigación y que recibió el premio Nobel de Medicina y Fisiología en el año 2000 por sus estudios sobre la memoria. Hasta la fecha, el único psiquiatra que había ganado el Nobel de Medicina fue Julius Wagner-Jauregg en 1927 por el tratamiento de la Sífilis con Malarioterapia. Kandel, partió de la Psiquiatría y el Psicoanálisis para terminar como investigador de la Neurofisiología del sistema nervioso, por lo que siempre tuvo un gran interés en aunar estas disciplinas, aparentemente distantes, como la Psiquiatría el Psicoanálisis y la Neurociencia.
En 1998 publica un artículo en la Revista American Journal of Psychiatry donde establece el Marco Conceptual común para la Psiquiatría y la Neurociencia y, que según Kandel, puede simplificarse en cinco principios que resumen la relación
cerebro-mente desde una perspectiva biológica.
Primer Principio. Los procesos mentales, por muy sofisticados que sean, son productos de la actividad del cerebro (sobre esto escribí una entrada anterior que puedes leer aquí). Por lo que los síntomas de la Enfermedad Mental deben ser alteraciones de la función cerebral incluso cuando algunas de estas enfermedades están claramente provocadas por factores ambientales.
Segundo Principio. Los genes, y las proteínas que estos codifican, determinan en gran medida la estructura y funcionamiento de nuestro cerebro. Por este motivo, su papel en nuestra conducta y en las Enfermedades Mentales debe ser relevante.
Tercer Principio. La dotación genética no justifica por si sola la Enfermedad Mental. Existen multitud de condicionantes ambientales, sociales, del desarrollo y relacionales que juegan un papel fundamental en la Enfermedad Mental. Al igual que los genes afectan al comportamiento y la conducta social, estos comportamientos y estímulos ambientales influyen sobre el cerebro, ya que modifican la expresión genética, y por tanto, el funcionamiento de las neuronas.
Cuarto Principio. Las alteraciones de la expresión genética que son inducidas por el aprendizaje y otros estímulos ambientales provocan cambios en los patrones de conexión neuronal que son el fundamento biológico de la Individualidad.
Quinto Principio. Cuando la Psicoterapia es eficaz produce cambios en el comportamiento que habrán sido provocados por cambios en la expresión genética que modifican la fuerza de las conexiones sinápticas y modificaciones estructurales que alteran el patrón anatómico de interconexiones entre las neuronas cerebrales.
Dicho esto, comprendemos que las Enfermedades Mentales siempre tendrán un sustrato biológico aunque puedan estar mediadas tanto por lo biológico, como por lo psicológico y lo social; ya que representan distintos niveles interrelacionados, donde los cambios en un nivel representan cambios en los otros niveles. Ahora bien, esto no quiere decir que deba asumirse un enfoque Biopsicosocial de forma acrítica en el tratamiento de la enfermedad mental; o dicho de otra manera, que de esta constante interrelación deba sacarse la conclusión de que cualquier intervención, en cualquiera de los distintos niveles, sea igual de válida para el tratamiento de las distintas Enfermedades Mentales. El objetivo, desde este modelo, debe ser comprender en que medida, cada enfermedad puede estar determinada por cada uno de estos niveles. De tal forma que permita al profesional de la Salud Mental adoptar un Pluralismo Metodológico para poder elegir, en función de la Enfermedad y las circuntancias de cada paciente, la estrategia terapéutica más eficaz en cada caso. En resumidas cuentas, esto quiere decir, que ni siempre la estrategia farmacológica, ni la psicológica, ni la social serán siempre eficaces; sino que la pertinencia de estas interventciones dependerá de la patología y el contexto psicológico y social que se encuentra cada paciente.