De la Esquizofrenia Incipiente de Conrad, al Show de Truman.

Los síntomas más característicos de la Esquizofrenia, por ser los más evidentes y que suelen conducir al diagnóstico, son los delirios y las alucinaciones; pero para cuando estos se presentan es muy frecuente que el paciente lleve meses, o incluso años, experimentando algunas alteraciones de la experiencia. En psiquiatría existe una máxima que dice: ‘Cuando el Delirio aparece la Psicosis ya es vieja’, haciendo referencia a que, en la Esquizofrenia, el delirio no aparece de forma súbita en un sujeto libre de síntomas, sino en alguien que lleva tiempo sufriendo estas alteraciones de la experiencia.

En 1958 Klaus Conrad publica su obra más conocida: ‘La Esquizofrenia Incipiente’, donde se describen estas alteraciones previas al desarrollo franco de la Esquizofrenia y a las que llamó Trema. Trema en un término que se emplea en teatro para referirse a la sensación de tensión que se experimenta antes de salir a escena y que los actores presumen siempre de nunca perder.

¿Pero qué es esa experiencia a la que hace referencia Conrad con Trema? Ayudémonos de un caso ficticio para entenderlo.

P. es un Residente de primer año de Cardiología. Terminó la carrera de medicina de forma brillante, y tras casi un año preparando el MIR, consigue acceder a su plaza soñada en un gran hospital. Al principio todo va según lo previsto. Como cualquier otro residente, su propósito es que nadie note su inseguridad y la sensación de falta de competencia cuando tiende que atender a un paciente de verdad.
Y como todos los demás médicos en sus primeros meses de residencia se encuentra cansado y algo angustiado. Pero, poco a poco, P. nota que la cosas no van como deb

erían. La angustia que había presentado hasta ahora se convierte en una presión constante que le cuesta describir con exactitud. Ya no es la sensación de inseguridad que le había acompañado hasta entonces y que podía saber que la provocaba.En algunos momentos de tensión, que en los primeros meses de residencia son muy frecuentes, esta presión es tan intensa que termina haciendo algunas cosas poco apropiadas. Un día que estaba de guardia tras una discusión con un familiar abandona el hospital. Otro día, en una reunión con varios médicos, su jefe de servicio le explica que el tratamiento que había elegido para un paciente no era el más adecuado, P. se levanta como un resorte y comienza a increpar a su jefe: ‘¿Pero tu te crees qué lo sabes todo o qué?‘. Si bien estas cosas a veces pasan, parece que P., en momentos donde esa sensación de tensión le sobrepasa, deja de ajustarse a las reglas del juego. Esas que no están escritas en ningún sitio pero dicen que un residente no puede abandonar el hospital cuando está de guardia o increptar de esa forma al Jefe.

Después de varias escenas de este tipo, y tras confesar a su tutor que no se encuentra muy bien de ánimo, P. empieza a ir al psiquiatra.
Durante las entrevistas, P. cuenta a su psiquiatra que desde hace un tiempo nota ‘que las cosas han cambiado’. No sabe decir por qué, pero nota que las relaciones con el resto de las personas son distintas. ‘Es como si hubiera hecho algo malo; no sé, con algún paciente o algo así…’ ‘me siento culpable y debe ser por eso que el resto de la gente ya no quiere saber nada de mí…‘ Se siente como si estuviera desterrado del mundo al que había pertenecido hasta entones. Todo esto tiene lugar en un ambiente de desconfianza. Nota, en la gente de su alrededor, algo distinto y amenazador. ‘No te lo puedo explicar. Simplemente lo noto. Aunque no estoy seguro, sé que algo están tramando…’, ‘Es por el tono que utilizan al hablarme, o por lo gestos… No sabría decir, pero cuando no estoy presente seguro que hablan mal de mí’, ‘Nadie me dice lo que tienen contra mí pero está claro que hay algo’, ‘Por ejemplo, si le pregunto algo a un compañero, no me contesta al momento, se queda pensativo durante un momento. Como si tuviera temor de que se le escapara algo que yo no debería oír’ . Para P. ya nada es irrelevante. Cualquier estímulo, que hasta entonces era neutro y pasaba totalmente desapercibido, ahora parece tener algún significado oscuro, amenazante, y siempre, dirigido hacia él. Todo ha adquirido un rasgo nuevo y extraño. ‘Hay algo en al ambiente, es evidente que las cosas no son como antes, pero no se qué es… Por favor dígamelo usted. Sea honesto conmigo y dígame qué quieren de mí’. Tiene la sensación de que todo el mundo, excepto él, está al corriente de eso terrible que está por suceder. Es el protagonista de una historia que parece que va tener un final trágico. Poco a poco esta sensación es más intensa, cada vez el grado de convencimiento de esta interpretación autorreferencial del mundo es mayor, y al final… aparecerá el Delirio, que de una vez por todas, explicará lo que está pasando. Pero eso será el tema de otra entrada…

¿Y cómo se conecta todo esto con Jim Carrey y el ‘El Show de Truman’?

A esa sensación que aparece durante el Trema de que ‘algo está cambiando’ , o ‘hay algo en al ambiente, pasa algo, pero no sé que es; dígame usted qué es lo que pasa’, es a lo que la Psicopatología ha llamado Humor Delirante. Y estas sensaciones, este Humor Delirante, es parecido a lo que le sucede a Jim Carrey en ‘El Show de Truman’. En esta película el protagonista es una persona adulta que ha nacido y se ha criado en un Reality Show. Esta inmerso en un mundo que es una farsa, su vida transcurre en un plató de televisión y todos los que le rodean son actores; pero él no lo sabe, para él su vida es tan normal como la de cualquiera. Llega un momento que Truman, el personaje que interpreta Jim Carrey, empieza a notar que algo está pasando, parece que toda mundo está puesto allí con un propósito, que están actuando para él. Aunque en el caso de Truman estas experiencias son reales, nos recuerdan al Humor Delirante que experimenta P. durante la fase de Trema. Tanto es así, que algunos pacientes en las fases iniciales de la Esquizofrenia dicen ‘Doctor, me siento igual que Jim Carrey en la película del Show de Truman’.

¿Cómo Reconocer los Síntomas Iniciales de la Esquizofrenia?

La Esquizofrenia es un Trastorno Mental grave que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial. Aparece generalmente entre  los 20 y 30 años, siendo  el inicio de la enfermedad  más precoz en varones.

Clásicamente los síntomas de esta enfermedad se han clasificado como: Síntomas Positivos y Síntomas Negativos.

Con Síntomas Positivos se hace referencia a la presencia de fenómenos que no suelen aparecer en personas sin esta enfermedad. Los más conocidos de este grupo son los Delirios y las Alucinaciones (para saber más sobre Delirios pulsa aquí y para saber más sobre Alucinaciones pulsa aquí). En cambio, los Síntomas Negativos, se relacionan con la pérdida de funciones psicológicas normales que sí están presentes en las personas que no padecen la enfermedad. Se consideran Síntomas Negativos la Anhedonia (dificultad para disfrutar cosas que antes le gustaba hacer), la Abulia (pérdida de iniciativa), pérdida de interés por las relaciones sociales y Aplanamiento Afectivo (disminución de la respuesta emocional). En general estos Síntomas Negativos, a diferencia de los Síntomas Positivos, son más sutiles y difíciles de identificar.

Al describir la Esquizofrenia como una lista de síntomas, y dado que algunos como los Delirios y las Alucinaciones pueden se muy llamativos, da la sensación que el diagnóstico de esta enfermedad es sencillo; pero, la mayoría de las veces este diagnóstico, y sobre todo en fases tempranas, no resulta nada fácil.

En fases muy iniciales (que se conocen como Esquizofrenia Incipiente o Trema) se observa lo que en psiquiatría llamamos Humor Delirante. Un estado donde se siente que el “ambiente está cambiando”, “hay algo en en ambiente, pasa algo, pero no sé que es” (para conocer más sobre el Humor Delirante y esta Fase de Esquizofrenia Incipiente pulsa aquí). Con el tiempo, y de forma progresiva, comienzan a aparecer los Síntomas Positivos y los Síntomas Negativos que permiten realizar el diagnostico de Esquizofrenia.

Muchas veces, como consecuencia de los síntomas descritos arriba, podemos observar algunas conductas que requieren valoración por un especialista. Estas deberían ser: un progresivo aislamiento y distanciamiento de amistades o actividades que hasta entonces realizaba con agrado; un estado de ansiedad marcado sin una causa que pueda justificarlo; aumento de la irritabilidad; cambios de personalidad asociados a un nuevo y excesivo interés por temas filosóficos, religiosos o esotéricos; pérdida de la expresividad facial o un tono monocorde al hablar; un aumento de la desconfianza; comentarios del tipo “todo el mundo habla de mi” bien sea en la calle, medios de comunicación o internet, o de que exista una trama para perjudicarle de alguna manera; risas sin aparente justificación; hablar solo.

En esta lista he recogido muchos de los síntomas y conductas que los psiquiatras empleamos para valorar la posible existencia de un cuadro Psicótico como la Esquizofrenia. No obstante, es muy importante tener en cuenta que ninguno de estos síntomas son específicos de la Esquizofrenia, por lo que pueden aparecer en otros trastornos; ni que su presencia suponga obligatoriamente el diagnóstico de esta enfermedad.

Si sospechas que un familiar o allegado pueda estar presentado síntomas de esta enfermedad es importante que consultes con un especialista.