¿Qué es lo que sabemos sobre el ‘Exceso de Dopamina’ en la Esquizofrenia?

En otra entrada (para leerla pulsa aquí) explicaba como un ‘Exceso de Dopamina’ en una estructura del Sistema Nervioso conocida como Vía Mesolímbica era la responsable de los Sintomas Positivos de la Esquizofrenia (Delirios y Alucinaciones fundamentalmente) y como los Antipsicóticos, que son Antagonistas (o Bloqueadores) de los Receptores de Dopamina (en concreto de los conocidos como D2), mejoran los síntomas al controlar este exceso. Ahora bien… ¿De que evidencia científica disponemos para afirmar que en la Esquizofrenia existe un Exceso de Actividad Dopaminérgica?

Antes de continuar es importante dejar claro que este ‘Exceso de Dopamina‘ es una forma de referirse a una sutil disregulación de la actividad dopaminérgica en una vía concreta. No se trata de un aumento de la dopamina, al estilo de la Glucosa en la Diabetes, que pueda determinarse mediante una analítica común. Aunque se ha estudiado de forma indirecta los Niveles de Dopamina en sangre y líquido cefalorraquideo (el líquido que baña el Sístema Nervioso) mediante la determinación del Acido Homavalínico (un producto del metabolismo de la Dopamina), los cierto es que la mayor parte de los datos provienen de investigaciones realizadas con sofisticadas técnicas de Neuroimagen como el PET (Tomografía por Emisión de Positrones) o el SPECT (Tomografía Computarizada por Emisión de Fotón Simple) por lo que en ningún caso este ‘Exceso de Dopamina‘ sirve, hoy por hoy, para poder hacer un Diagnóstico de Esquizofrenia, ni son pruebas que se hagan en la atención clínica normal de estos pacientes.

Entonces ¿Qué es lo que sabemos sobre el ‘Exceso de Dopamina’ en la Esquizofrenia?

Para entenderlo primero es necesario entender qué es y cómo funciona, al menos de una forma esquemática, una Sinapsis Dopaminérgica.

La Sinapsis es el lugar donde se produce la transmisión del impulso nervioso entre dos neuronas. Como puede verse en la Figura de la derecha una Sinapsis, en este caso

Esquema Sinapsis

Esquema Sinapsis

Dopaminérgica aunque el este esquema es válido para casi todas las sinapsis, está compuesta por el Botón Sináptico de una Neurona Presináptica, la Hendidura Sináptica y una Neurona Postsináptica. La Dopamina se sintetiza en la Neurona Presináptica y es almacenada en unas Vesículas. Cuando una corriente eléctrica llega al Botón Sináptico se producen una serie de reacciones que concluyen con la liberación de la Dopamina a la Hendidura Sináptica. Esta Dopamina, que ahora se encuentra en la Hendidura, se une a un receptor que se encuentra en la membrana de la Neurona Postsináptica transimitiendo de esta manera la información de una neurona a otra. El mensaje que trasmitirá la Dopamina a la Neurona Postsináptica dependerá del subtipo de receptor al que se haya unido, pero eso es otra historia. Tras esto, y mediante una proteinas conocidas como Bombas de Recaptación, se reintroduce la Dopamina en la Neurona Presináptica donde puede ser almacenada nuevamente en una vesicúla para ser liberada cuando llegue un nuevo impulso nerviso. Esto lo puedes ver en el siguiente video.


Entonces ¿Qué es lo que sabemos sobre el ‘Exceso de Dopamina’ en la Esquizofrenia?

Varios estudios han demostrado que las personas que sufren Esquizofrenia presentan una Disregulación Dopaminérgica a Nivel Presináptico. Esto se traduce en una  Mayor Síntesis de Dopamina cuando se presentan Síntomas Psicóticos (es decir, Delirios y Alucinaciones básicamente). Hay que rocordar que la Esquizofrenia es una enfermedad crónica pero que estos síntomas psicóticos cursan por brotes, o lo que es lo mismo, que no están presentes de forma continua. Tambíen sabemos, porque hay estudios que así lo han observado, que en la Esquizofrenia existe una Mayor Liberación de Dopamina ante determinados estímulos, sobre todo ante Anfetaminas. Esto sería congruente con un hecho confirmado clínicamente (es decir, en la atención diaria de estos pacientes) que es la rápida descompensación y aparición de Síntomas Psicóticos cuando un paciente con Esquizofrenia consume Anfetaminas. Y por último, y probablemente como consecuencia de lo anterior, sabemos también que existe una Mayor Cantidad de Dopamina en la Hendidura Sináptica.

No hay evidencia de que exista una afectación en la recaptación de Dopamina (como ya se ha comentado una vez que la Dopamina se ha liberado a la Hendidura Sináptica es ‘Recaptada’ nuevamente para ser reutilizada) ni un exceso de Receptores Postsinápticos de Dopamina. Sobre el número de receptores existen datos de un posible aumento aunque es probable que sea más una consecuencia del tratamiento con Antispicóticos que de la propia enfermead.

Dicho todo esto hay que aclarar alguna cosa más para no pecar de optimistas o ingenuos. Primero, conocer  esta Hiperactividad Dopaminérgica es un gran avance pero no quiere decir que sea lo único que ocurre en esta enfermedad; es muy probable, que en la Esquizofrenia sean relevantes otras estrcuturas y otras moléculas distintas a la Dopamina. Además, esta Hiperactiviad Dopaminérgica es muy probable que no sea primaria; es decir, que sea la consecuencia de otra u otras alteraciones que estamos empezando a conocer. Segundo, esta Hiperactividad explica tan solo un subgrupo de síntomas de la enfermedad (los Síntomas Positivos: Delirios y Alucinaciones) no la enfermedad en su conjunto.

¿Sabemos cuando estamos Enfermos si lo estamos? Los Síndromes de Autoconciencia: Negación, Falta de Insight y Anosognosia.

¿Es este deterioro del Insight un mero desacuerdo entre el médico y el paciente? Y cuando el médico es un psiquiatra, con sus pobres métodos de diagnóstico y escasez de exámenes de laboratorio, ¿quién puede decir quién está en lo correcto?

S. N. Ghaemi

Acostumbraos a pensar que cuando estamos enfermos lo normal es saber que lo estamos, y en general, actuar en consecuencia. Si padeces Esclerosis Múltiple y empiezas a ver borroso, vas corriendo a tu neurólogo para que te ponga tratamiento; si tienes diabetes, identificas rápidamente las señales de tu cuerpo que te indican que tienes que comer o ponerte insulina. Lo mismo ocurre con la mayoría de enfermedades, sean graves o banales. Incluso puedes tener conciencia de estar enfermo, saber el tratamiento y el pronóstico de tu enfermedad, sin presentar ni un solo síntoma; como en el caso de un tumor que sea diagnosticado antes de que aparezca el primer síntoma. ¿Pero siempre es así? ¿Somos siempre conscientes de estar enfermos cuando lo estamos? ¿Actuamos siempre cómo esperan los médicos o nuestros familiares ante nuestra enfermedad? ¿Ocurre lo mismo en las enfermedades psiquiátricas como en la Esquizofrenia o el Trastorno Bipolar? Como ya os podéis imaginar existen muchos casos donde las cosas no son tan lógicas ni sencillas

Sigmund Freud

La capacidad que tiene un sujeto para juzgar lo que le está pasando y sus consecuencias puede verse alterada en distinto grado en los Síndromes de Autoconciencia. Tenemos así,  colocados de menor a mayor gravedad: la Negación, la Falta de Insight y la Anosognosia.

La Negación es probable que sea una de las ideas de Freud que más ha calado en la práctica clínica habitual. Con Negación entendemos un mecanismo de defensa que emplea nuestra conciencia para evitar que aparezcan ideas, sentimientos o representaciones mentales que puedan llegar a ser dolorosas.

Cierto grado de Negación e inconsciencia es normal en el día a día para que no sucumbamos ante la realidad.  Podemos negar que nuestra mujer ya no nos quiere, que nuestros hijos ya no nos necesitan, que nuestra vida a los 50 no es como la imaginábamos a las 25 ,o que es cuestión de tiempo pero que todos nos vamos a morir. En estos casos, la Negación es adaptativa en el sentido que permite ajustarnos a una realidad que de otra forma resultaría demasiado angustiosa.

En otras ocasiones, esta Negación, puede que no sea tan adaptativa. Como en el caso del tabaquismo, donde es frecuente que aparezca una negación de las consecuencias sobre la salud derivadas de este hábito; o en enfermedades crónicas como la diabetes, que pese a una información precisa de la enfermedad y de sus riesgos a largo plazo si no hay un buen control, muchos pacientes, parecen actuar como si estos riesgos no existieran.

Un caso extremo de Negación puede ocurrir ante enfermedades terminales. Por ejemplo un paciente diagnosticado de Cáncer , que después de comunicarle con detenimiento a él y su familia el carácter fatal e inminente del cuadro, se encuentra haciendo planes a largo plazo con su prometida (boda, viaje de novios, hijos, etc.).

Parece que la realidad puede llegar a ser tan injusta y dolorosa, que nuestra conciencia esta dotada de mecanismos que nos permiten dejar ciertos aspectos al margen para que no se produzca un colapso.

Un paso más allá en los Síndrome de Autoconciencia lo encontramos en algunas enfermedades psiquiátricas: la Falta de Insight.

Joseph Babinski describió las Heminegligencias en 1914.

Los psiquiatras llamamos Insight a la conciencia de estar enfermo y a la estimación correcta del tipo e importancia de la enfermedad que presenta el paciente. Se considera un Síndrome de Autoconciencia más severo que la negación. Los cuadros más característicos que presentan esta falta de Insight son la Esquizofrenia y las Fases Maniacas en el Trastorno Bipolar. Durante un episodio psicótico en la Esquizofrenia se presenta muchos síntomas, algunos de ellos, como los delirios y las alucinaciones, son muy llamativos y relativamente fáciles de identificar como patológicos por cualquier observador; no obstante, quien los sufre, y sobre todo en la fase más aguda, presenta marcadas dificultades para identificarlos como síntomas de una enfermedad que precisan tratamiento. En muchas ocasiones, quien sufre un brote psicótico, al que sí le resulta desconcertante lo que está ocurriendo, realiza una ‘elaboración mental’ de estos síntomas; es decir, la experiencia es tan real que no puede atribuirla a una enfermedad y le da otra explicación: ‘escucho voces dentro de mi cabeza porque me han instalado un microchip dentro del cráneo’, ‘por la televisión hablan de mi porque conozco una información que podría cambiar el destino de la humanidad’.  Y estas ideas adquieren tal grado de certeza que resulta muy complicado para el psiquiatra explicar al paciente su naturaleza patológica y la necesidad de instaurar un tratamiento médico.

G. Anton

En el caso de las Fases Maniacas aparece una sensación subjetiva de Euforia, bienestar, sensación de seguridad y claridad de ideas que es muy difícil que quien la presenta pueda considerarla como parte de una enfermedad (para entender mejor que ocurre durante una Fase Maniaca del Trastorno Bipolar puedes pinchar aquí).

En estos dos ejemplos, donde el tratamiento es fundamental para el pronóstico, la falta de Insght supone un reto tanto para los psiquiatras como para las familias.

La Anosognosia es el más extremo y mejor estudiado de estos síndromes de

Alois Alzheimer

Autoconciencia. Es más característico en las Enfermedades Neurológicas y consiste en que un sujeto que sufre un déficit neurológico evidente y objetivable niega completamente tal déficit. Un ejemplo de esto es la Heminegligencia, que puede aparer tras un Infarto Cerebral en el hemisferio derecho. Quien lo sufre, además de presentar una pérdida de fuerza y sensibilidad en el lado izquierdo, niega que la mano paralizada le pertenezca y no la presta ninguna atención.

Otro caso extremo y espectacular de Anosognosia es el Sindrome de Anton. En este cuadro se produce un destrucción de la corteza occipital, que es la encargada de la visión, por lo que el paciente se queda

completamente ciego, pero presenta una anosognosia respecto a esta ceguera, es decir, niega que está ciego y actúa como si pudiera ver.

Un ejemplo de Anosognosia mucho más frecuente ocurre en la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes no notan que han perdido la memoria, e intentan seguir viviendo como lo hacían antes de que aparecieran los síntomas de la enfermedad. Se niegan

a dejar de conducir aunque son incapaces de hacerlo, o de llevar las cuentas de la casa cuando no pueden ni realizar la operación matemática más sencilla. Incluso pueden llegar a molestarse e irritarse si se les insiste en que tienen estos problemas de memoria.

Heminegligencia (Primeros 90 segundos)

De la Esquizofrenia Incipiente de Conrad, al Show de Truman.

Los síntomas más característicos de la Esquizofrenia, por ser los más evidentes y que suelen conducir al diagnóstico, son los delirios y las alucinaciones; pero para cuando estos se presentan es muy frecuente que el paciente lleve meses, o incluso años, experimentando algunas alteraciones de la experiencia. En psiquiatría existe una máxima que dice: ‘Cuando el Delirio aparece la Psicosis ya es vieja’, haciendo referencia a que, en la Esquizofrenia, el delirio no aparece de forma súbita en un sujeto libre de síntomas, sino en alguien que lleva tiempo sufriendo estas alteraciones de la experiencia.

En 1958 Klaus Conrad publica su obra más conocida: ‘La Esquizofrenia Incipiente’, donde se describen estas alteraciones previas al desarrollo franco de la Esquizofrenia y a las que llamó Trema. Trema en un término que se emplea en teatro para referirse a la sensación de tensión que se experimenta antes de salir a escena y que los actores presumen siempre de nunca perder.

¿Pero qué es esa experiencia a la que hace referencia Conrad con Trema? Ayudémonos de un caso ficticio para entenderlo.

P. es un Residente de primer año de Cardiología. Terminó la carrera de medicina de forma brillante, y tras casi un año preparando el MIR, consigue acceder a su plaza soñada en un gran hospital. Al principio todo va según lo previsto. Como cualquier otro residente, su propósito es que nadie note su inseguridad y la sensación de falta de competencia cuando tiende que atender a un paciente de verdad.
Y como todos los demás médicos en sus primeros meses de residencia se encuentra cansado y algo angustiado. Pero, poco a poco, P. nota que la cosas no van como deb

erían. La angustia que había presentado hasta ahora se convierte en una presión constante que le cuesta describir con exactitud. Ya no es la sensación de inseguridad que le había acompañado hasta entonces y que podía saber que la provocaba.En algunos momentos de tensión, que en los primeros meses de residencia son muy frecuentes, esta presión es tan intensa que termina haciendo algunas cosas poco apropiadas. Un día que estaba de guardia tras una discusión con un familiar abandona el hospital. Otro día, en una reunión con varios médicos, su jefe de servicio le explica que el tratamiento que había elegido para un paciente no era el más adecuado, P. se levanta como un resorte y comienza a increpar a su jefe: ‘¿Pero tu te crees qué lo sabes todo o qué?‘. Si bien estas cosas a veces pasan, parece que P., en momentos donde esa sensación de tensión le sobrepasa, deja de ajustarse a las reglas del juego. Esas que no están escritas en ningún sitio pero dicen que un residente no puede abandonar el hospital cuando está de guardia o increptar de esa forma al Jefe.

Después de varias escenas de este tipo, y tras confesar a su tutor que no se encuentra muy bien de ánimo, P. empieza a ir al psiquiatra.
Durante las entrevistas, P. cuenta a su psiquiatra que desde hace un tiempo nota ‘que las cosas han cambiado’. No sabe decir por qué, pero nota que las relaciones con el resto de las personas son distintas. ‘Es como si hubiera hecho algo malo; no sé, con algún paciente o algo así…’ ‘me siento culpable y debe ser por eso que el resto de la gente ya no quiere saber nada de mí…‘ Se siente como si estuviera desterrado del mundo al que había pertenecido hasta entones. Todo esto tiene lugar en un ambiente de desconfianza. Nota, en la gente de su alrededor, algo distinto y amenazador. ‘No te lo puedo explicar. Simplemente lo noto. Aunque no estoy seguro, sé que algo están tramando…’, ‘Es por el tono que utilizan al hablarme, o por lo gestos… No sabría decir, pero cuando no estoy presente seguro que hablan mal de mí’, ‘Nadie me dice lo que tienen contra mí pero está claro que hay algo’, ‘Por ejemplo, si le pregunto algo a un compañero, no me contesta al momento, se queda pensativo durante un momento. Como si tuviera temor de que se le escapara algo que yo no debería oír’ . Para P. ya nada es irrelevante. Cualquier estímulo, que hasta entonces era neutro y pasaba totalmente desapercibido, ahora parece tener algún significado oscuro, amenazante, y siempre, dirigido hacia él. Todo ha adquirido un rasgo nuevo y extraño. ‘Hay algo en al ambiente, es evidente que las cosas no son como antes, pero no se qué es… Por favor dígamelo usted. Sea honesto conmigo y dígame qué quieren de mí’. Tiene la sensación de que todo el mundo, excepto él, está al corriente de eso terrible que está por suceder. Es el protagonista de una historia que parece que va tener un final trágico. Poco a poco esta sensación es más intensa, cada vez el grado de convencimiento de esta interpretación autorreferencial del mundo es mayor, y al final… aparecerá el Delirio, que de una vez por todas, explicará lo que está pasando. Pero eso será el tema de otra entrada…

¿Y cómo se conecta todo esto con Jim Carrey y el ‘El Show de Truman’?

A esa sensación que aparece durante el Trema de que ‘algo está cambiando’ , o ‘hay algo en al ambiente, pasa algo, pero no sé que es; dígame usted qué es lo que pasa’, es a lo que la Psicopatología ha llamado Humor Delirante. Y estas sensaciones, este Humor Delirante, es parecido a lo que le sucede a Jim Carrey en ‘El Show de Truman’. En esta película el protagonista es una persona adulta que ha nacido y se ha criado en un Reality Show. Esta inmerso en un mundo que es una farsa, su vida transcurre en un plató de televisión y todos los que le rodean son actores; pero él no lo sabe, para él su vida es tan normal como la de cualquiera. Llega un momento que Truman, el personaje que interpreta Jim Carrey, empieza a notar que algo está pasando, parece que toda mundo está puesto allí con un propósito, que están actuando para él. Aunque en el caso de Truman estas experiencias son reales, nos recuerdan al Humor Delirante que experimenta P. durante la fase de Trema. Tanto es así, que algunos pacientes en las fases iniciales de la Esquizofrenia dicen ‘Doctor, me siento igual que Jim Carrey en la película del Show de Truman’.

¿Qué es una Crisis de Ansiedad (o Ataque de Pánico)?

Una noche, sin previo aviso y  mientras estás viendo tranquilamente la televisión con tu familia, comienzas a encontrarte acalorado y a notar el corazón latir con fuerza en el pecho. Focalizas la atención en el corazón y notas en la garganta un latido desacompasado de vez en cuando. Esto desata las alarmas y al instante notas una descarga de ansiedad por todos el cuerpo. Cada vez respiras más pero parece que el aire no es capaz de atravesar la garganta, es como si tuvieras una bola en el cuello que le impide el paso. Además, notas una progresiva opresión en el pecho. «Esto no debe ser nada bueno»… aumenta la ansiedad. Lo que estás experimentando es tan odioso que decides salir del salón y encerrarte en tu habitación… intentas calmarte. La sensación de no poder controlar el cuerpo y el miedo que te invade es lo más desagradable que has experimentado nunca. Tus pensamientos ahora van a toda velocidad: «de esta no salgo», «me va a dar un infarto», «me voy a volver loco». Y pensar en esto solo puede conducir a una cosa… la ansiedad empeora, tu cuerpo y tus pensamiento están ahora totalmente fuera de control. Comienzas a marearte y abres la ventana,
sacas medio cuerpo fuera «necesito aire», pero el aire parece que no llega a los pulmones…

Si alguna vez has experimentado algo parecido es que tuviste una Crisis de Ansiedad (también llamada Ataque de Pánico), un cuadro relativamente frecuente que en la actualidad se incluyen dentro de los Trastornos de Ansiedad junto al  Trastorno de Ansiedad Generalizada, la Fobia Simple y la Agorafobia. En todos ellos la Ansiedad es el síntoma fundamental, aunque la forma o situaciones en las que aparece sea distinta.

Pese a que las Crisis de Ansiedad pueden aparecer tras una emoción o un sobresalto, es muy frecuente que las primeras se presenten sin ningún desencadenante claro (por ejemplo mientras estamos viendo la tele, en el coche o incluso mientras dormimos). En estos episodios, donde la ansiedad es muy intensa, aparecen síntomas psíquicos y físicos que duran entre 20 y 30 minutos.

Los Síntomas Físicos más característicos son el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, notar latidos arrítmicos, dificultad para respirar (en ocasiones es como si hubiera una bola en la garganta que lo impidiera), opresión en el pecho, sudoración intensa, temblor, contracciones musculares mantenidas, sensación de mareo que a veces puede terminar con la pérdida del conocimiento.

A Nivel Subjetivo (Síntomas Psíquicos) se experimenta un miedo extremo (siendo incapaz de identificar el origen de este miedo) con sensación de muerte inminente, dificultad para hablar y para mantener la atención. Durante el episodio, sobre todo durante las primeras crisis, al no saber muy bien que está ocurriendo, se presentan pensamientos de tinte catastrófico como: ‘me voy a volver loco’, ‘de esta no salgo’ o ‘me va a dar un infarto’.

Es menos frecuente pero también pueden aparecer síntomas como la Despersonalización o la Desrealización. Ambas son sensaciones de extrañeza. En la Despersonalización respecto a nosotros mismos (sentirte extraño, como si no pudieras controlar tu cuerpo, o incluso sentirte fuera de él), y en la Desrealización estos sentimientos de extrañeza están centrados en el entorno (ver el lugar donde nos encontramos como distinto, extraño, amenazante, etc.).

Si quieres leer más entradas sobre la ansiedad pincha Aquí


Puedes ver este y otros Vídeos en http://www.elBlogdeRosa.es

¿Qué es el Síndrome de Tourette?

El Sïndrome De Guilles de la Tourette es un trastorno que se incluye dentro de los Trastornos por Tics. Los Tics son movimientos o vocalizaciones involuntarios, repentinos, rápidos, recurrentes, arrítmicos y estereotipados que se experimentan como irresistibles; y que pese a que pueden suprimirse durante un tiempo a voluntad, generan una tensión psíquica que hace que quien los padece se vea abocado a realizarlos.

En el Síndrome de Tourette aparecen los clásicos Tics Simples (presentes también en otros Trastornos por Tics) como guiñar los ojos, estirar el cuello, encoger los hombros o hacer gestos faciales. Tics Motores Complejos como saltar, tocar a personas cercanas, movimientos relacionados con el aseo, oler objetos, Ecopraxia (copiar conductas observadas) o Copropraxia (realizar gestos obscenos). Pero los más característicos de este trastorno son los Tics Vocales; como carraspear, toser, realizar sonidos extraños, repetir frases fuera de contexto, Ecolalia (repetición de frases que acaba de decir su interlocutor) o la Copropalalia (palabras o frases obscenas que quien sufre este trastorno se ve impelido a decir).

En algunos pacientes los Tics se asocian a obsesiones, compulsiones, dificultad de concentración, impulsividad y problemas de personalidad.

Síndrome de Guilles de la Tourette. Redes (4 min 29 seg).

Si quieres conocer más cosas sobre el Sïndrome de Guilles de la Tourette y trastornos asociados pincha aquí.

¿Qué es el Trastorno Bipolar? y ¿Qué es la Manía y la Fase Depresiva?

El Trastorno Bipolar (antiguamente llamado Psicosis Maniaco Depresiva) es un Trastorno del Humor caracterizado por la presencia de fluctuaciones en el estado de ánimo. Quién sufre esta enfermedad alterna épocas en las que se encuentra con un ánimo Normal (Eutimia) con otras en las que se siente Eufórico (Manía o Fase Maniaca) o presenta una intensa Tristeza (Fase Depresiva).

– Durante la Manía del Trastorno Bipolar, se siente con una autoestima exagerada o incluso pueden aparecer ideas de grandiosidad (como tener dones o habilidades especiales). A diferencia de las Fases Depresivas donde se presentan sentimientos de inseguridad, incapacidad, minusvalía, desesperanza, etc.

– En la Manía se siente un exceso de energía que lleva al paciente a estar activo todo el día (limpiar, arreglar cosas, proyectos nuevos, actividades deportivas, salir de fiesta, etc.). Es frecuente que su familia insista en que «es imposible seguir su ritmo«. En cambio, en las Fases Depresivas existe una marcada falta de energía (Apatía) que hace que hasta la actividad más sencilla pueda parecer una tarea imposible.

– En la Manía es muy característica la Disminución de la Necesidad de Sueño (en ocasiones puede ser el síntoma inicial que nos indica que está presentando una descompensación), es decir, puede que solo duerma 2 o 3 horas y al día siguiente no se encuentre cansado. No duerme porque no se encuentra cansado. En la Fase Depresiva se padece Insomnio, donde se duermen también pocas horas (aunque se desea dormir) y al día siguiente se echan en falta esas horas perdidas de sueño. No duerme porque no puede.

– En la Manía se encuentra más hablador de lo habitual (Verborrea), además lo hace de una forma rápida que en episodios graves puede llegar a ser incomprensible (Fuga de Ideas); esto se acompaña de una sensación subjetiva de que el pensamiento está acelerado (Taquipsiquia). En las Fases Depresivas, sobre todo en sus formas más graves, el pensamiento se siente ralentizado (Bradipsiquia). Es frecuente que en estas Fases Depresivas el paciente se muestre más retraído y menos hablador de lo normal.

– En la Manía existe una implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial para producir consecuencias graves (como gastar dinero de forma descontrolada, conductas temerarias p.ej. conducir de forma muy imprudente, consumo descontrolado de alcohol u otras drogas, indiscreciones sexuales, etc.). En la Fase Depresiva el paciente sufre una incapacidad para experimentar placer con actividades con las que había disfrutado hasta la fecha (Anhedonia).

– En episodios graves tanto en la Manía como en la Fase Depresiva pueden aparecer Delirios (ver entrada Los Delirios en La Depresión). Sobre las temáticas de estos Delirios en el Trastorno Bipolar se dice son congruentes con el Humor. Es decir, en la Manía donde el paciente se encuentra Eufórico, los Delirios  son Megalomaniacos (tener el convencimiento de ser una persona especial que tiene poderes o una misión para salvar al mundo p.ej.); en cambio, en la Fase Depresiva donde existe una profunda tristeza, los delirios giran en torno a la Ruina, la Culpa o incluso el convencimiento de «Estar Muerto» (Síndrome de Cotard).

Mr. Jones (Richard Gere) sufriendo una Fase Maniaca (Primeros 5 min) y una Fase Depresiva (Últimos 3 min) del Trastorno Bipolar. 

¿Cómo Reconocer los Síntomas Iniciales de la Esquizofrenia?

La Esquizofrenia es un Trastorno Mental grave que afecta aproximadamente al 1% de la población mundial. Aparece generalmente entre  los 20 y 30 años, siendo  el inicio de la enfermedad  más precoz en varones.

Clásicamente los síntomas de esta enfermedad se han clasificado como: Síntomas Positivos y Síntomas Negativos.

Con Síntomas Positivos se hace referencia a la presencia de fenómenos que no suelen aparecer en personas sin esta enfermedad. Los más conocidos de este grupo son los Delirios y las Alucinaciones (para saber más sobre Delirios pulsa aquí y para saber más sobre Alucinaciones pulsa aquí). En cambio, los Síntomas Negativos, se relacionan con la pérdida de funciones psicológicas normales que sí están presentes en las personas que no padecen la enfermedad. Se consideran Síntomas Negativos la Anhedonia (dificultad para disfrutar cosas que antes le gustaba hacer), la Abulia (pérdida de iniciativa), pérdida de interés por las relaciones sociales y Aplanamiento Afectivo (disminución de la respuesta emocional). En general estos Síntomas Negativos, a diferencia de los Síntomas Positivos, son más sutiles y difíciles de identificar.

Al describir la Esquizofrenia como una lista de síntomas, y dado que algunos como los Delirios y las Alucinaciones pueden se muy llamativos, da la sensación que el diagnóstico de esta enfermedad es sencillo; pero, la mayoría de las veces este diagnóstico, y sobre todo en fases tempranas, no resulta nada fácil.

En fases muy iniciales (que se conocen como Esquizofrenia Incipiente o Trema) se observa lo que en psiquiatría llamamos Humor Delirante. Un estado donde se siente que el “ambiente está cambiando”, “hay algo en en ambiente, pasa algo, pero no sé que es” (para conocer más sobre el Humor Delirante y esta Fase de Esquizofrenia Incipiente pulsa aquí). Con el tiempo, y de forma progresiva, comienzan a aparecer los Síntomas Positivos y los Síntomas Negativos que permiten realizar el diagnostico de Esquizofrenia.

Muchas veces, como consecuencia de los síntomas descritos arriba, podemos observar algunas conductas que requieren valoración por un especialista. Estas deberían ser: un progresivo aislamiento y distanciamiento de amistades o actividades que hasta entonces realizaba con agrado; un estado de ansiedad marcado sin una causa que pueda justificarlo; aumento de la irritabilidad; cambios de personalidad asociados a un nuevo y excesivo interés por temas filosóficos, religiosos o esotéricos; pérdida de la expresividad facial o un tono monocorde al hablar; un aumento de la desconfianza; comentarios del tipo “todo el mundo habla de mi” bien sea en la calle, medios de comunicación o internet, o de que exista una trama para perjudicarle de alguna manera; risas sin aparente justificación; hablar solo.

En esta lista he recogido muchos de los síntomas y conductas que los psiquiatras empleamos para valorar la posible existencia de un cuadro Psicótico como la Esquizofrenia. No obstante, es muy importante tener en cuenta que ninguno de estos síntomas son específicos de la Esquizofrenia, por lo que pueden aparecer en otros trastornos; ni que su presencia suponga obligatoriamente el diagnóstico de esta enfermedad.

Si sospechas que un familiar o allegado pueda estar presentado síntomas de esta enfermedad es importante que consultes con un especialista.

¿Qué es el Temblor Esencial?

El Temblor Esencial es la enfermedad tremórica más frecuente. Se caracteriza por un temblor postular de inicio unilateral que tiende a hacerse bilateral y asimétrico con la evolución. Es muy frecuente que se asocie a alguna forma de distonía. En el 30% de los casos se trata de una forma familiar con herencia autosómica dominante de alta penetrancia.

 

Fenómenos Histéricos: Los Trastornos Conversivos.

El Trastarno Conversivo se incluye dentro de los Trastornos Somatomorfos. Se trata de un conjunto de trastornos donde el síntoma principal del paciente es algo ‘Físico’, pero los hallazgos exploratorios o los mecanismos fisipatológicos del cuadro no son congruentes;  atribuyéndose por tanto un origen psicológico a los síntomas físicos.

En el Trastorno Conversivo lo característico es la aparición, de forma brusca y con caracter involuntario, de síntomas neurológicos (como crisis convulsivas, parálisis, trastornos de la marcha, etc.) tras un factor psicológico precipitante.

En muchas ocasiones resulta difícil hacer un diagnóstico diferencial entre las Crisis Conversivas y las Crisis Epiléticas francas.

Crisis Conversivas (2 min 20 seg)

Epilepsia: Crisis de Ausencia o Petit Mal

Las ausencias son episodios de pérdida brusca y breve del nivel de conciencia sin pérdida del tono muscular que suelen aparecer en niños entre los 4 años y la adolescencia. Las ausencias típicas característicamente duran unos segundos, pueden presentar automatismos motores (como movimientos de masticación o parpadeo), la recuperación de la consciencia es también brusca y sin confusión tras el episodio. En el Electroencefalograma típicamente aparecen descargas generalizadas y simétricas de punta-onda a 3 HZ.